En Octubre de 1769, fué botado en los astilleros de La Habana, el navío que por Real Orden, recibiría el nombre de Santísima Trinidad. Fué también conocido como El Escorial de los mares. Las maderas preciosas para su construcción (caoba, júcaro y caguairan) fueron transportadas desde el poblado Jerónimo (provincia de Camaguay, hoy Florida) por el velero Vertientes, hasta la ciudad de La Habana.
El costo de su fabricación se elevó a 40.000 ducados españoles de la época.
Después de ser probado en alta mar, comprobaron que tenía varios inconvenientes que fueron corregidos en los astilleros de Ferrol y Cádiz, pasando a conseguir las siguientes dimensiones: eslora 63.36 mts, manga: 16,67 mts, quilla limpia: 54.02 mts, puntal: 8.26 mts, calado medio: 8.20 mts. Desplazamiento: 2.475 tm. La tripulación y guarnición era de 1.071 plazas y 25 criados.
Era el único navío de guerra que contaba con cuatro cubiertas y 140 cañones.
Se le recuerda sobre todo, por su trágico final.
Participó en la batalla de Trafalgar en 1805 a las órdenes del Jefe de Escuadra Baltasar Hidalgo de Cisneros y con Francisco Javier de Uriarte y Borja, como capitán de bandera. Tras una dura y heroica lucha, fué capturado por La Armada Británica con bajas humanas de más de 200 muertos y 100 heridos, resultando prácticamente deshecho.
Dos barcos ingleses lo intentaron remolcar hasta el puerto de Gibraltar, pero no lo consiguieron y finalmente se hundió a unas 25 o 28 millas al sur de Cádiz el 24 de Octubre de 1805.
La maqueta ha costado construírla aproximadamente 2000 horas de minucioso trabajo y esmero, por lo que ha resultado realmente magnífica.
Medidas:
Largo: 1060 mm. Ancho: 415 mm. Alto: 876 mm. Escala: 1/90